jueves, 24 de marzo de 2011

miércoles, 9 de marzo de 2011

El Existencialismo Filosófico.

El existencialismo surgió en Alemania hacia la tercera década del siglo XX, y de allí se difundió por el resto de Europa, especialmente en Francia. El existencialismo puede interpretarse como una reacción ante un período de crisis de conciencia a nivel social y cultural, y ante las tradiciones filosóficas de la época, como el racionalismo o el empirismo, que buscan el significado universal de las cosas.
Los existencialistas afirman que el hombre es un ser "arrojado al mundo", esta frase parece expresar el sentir europeo de aquellos años y puede ser interpretada de modo literal de la siguiente manera: los europeos se sienten arrojados de sus hogares destruídos y de la seguridad de sus creencias, valores e ideales.
Esta corriente filosófica propone soluciones a los problemas relacionados con la condición humana, como el absurdo de vivir, la significancia e insignificancia del ser, la libertad, la relación dios- hombre, la naturaleza del hombre, la vida y la muerte. El existencialismo busca revelar lo que rodea al hombre, haciendo una descripción minuciosa del medio material en el que se desenvuelve el individuo para que éste obtenga una comprensión propia y pueda dar sentido a su existencia.
El existencialismo indica que no hay naturaleza humana. El filósofo francés Jean-Paul Sartre indica que los seres humanos primero existimos y luego adquirimos sustancia, es decir, sólo existimos y, mientras vivimos, vamos aprendiendo de los demás humanos que han inventado cosas abstractas, desde Dios hasta la existencia de una naturaleza humana previa.
Influencia del existencialismo en la literatura.
Algunos filósofos existencialistas hallaron en la literatura el camino idóneo para transmitir su pensamiento, y el existencialismo ha sido un movimiento tan vital y amplio en literatura como en filosofía. El novelista ruso del siglo XIX, Dostoievski, es quizás el mayor representante de la literatura existencialista.