Fallecido su segundo esposo (marqués de Arco-Hermoso), se casó con Antonio Arrom, cónsul de España, y en 1.849 aparecieron varias novelas suyas: La gaviota, Una en otra y Elia y, un año después, Lágrimas, Callar en vida y perdonar en muerte y No transige la conciencia. Durante la década de 1.850 publicó más obras, hasta que en 1.865 logró un gran éxito con La farisea.
La virtud más destacable de sus novelas es la movilidad de los personajes y cuadros de costumbres y la creación de una atmósfera narrativa, que hace más entretenida la lectura.
" Paseaban por el campo que une al contintente de la Isla la ciudad de Puerto Rico, el brigadier D. Agustín Campos, coronel de un regimiento recientemente llegado de la madre patria, y un joven teniente, su ayudante. El entusiasta cariño que este joven demostraba a su anciano jefe, había sido y era el tema de burlas y censuras poco benévolas entre sus compañeros; los que no pudiendo comprender que un joven de brillantes prendas, formado para agradar y sobresalir en cualquier reunión, prefiriese a todas ellas la sociedad de un austero anciano, atribuían esta preferencia, el uno a baja adulación, el otro a orgulloso desdén, otros en fin a extravagancia; en vista de que no hay intolerancia más acerba que la de la medianía hacia la superioridad. "
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